En 1820 un respetado perfumista francés se aventuró a dirigir una prestigiosa perfumería en la calle Bond Street en Londres. Su éxito fue tal que en 1834 decidió abrir junto a su hijo y aprendiz de 14 años Eugène Rimmel su propia perfumería, y así nació la casa Rimmel. Mientras el negocio crecía y prosperaba también lo hacía el talento de Eugène que a la edad de 24 años ya era un experto perfumista y un visionario en el campo de la cosmética. Le gustaba experimentar con las fragancias y los colores y viajaba alrededor del mundo buscando nuevos ingredientes, exóticos, distintos, y nuevas inspiraciones. Llegó a ser un pionero en la higiene personal, creando productos como enjuagues bucales o pomadas perfumadas. Ya el propio Eugène se percató de la importancia y el potencial que suponía para su marca la publicidad y empezó a distribuir catálogos ilustrados de pedidos que se podían realizar por correo y se anunciaba en los programas de teatro. Cuando falleció en 1887 sus dos hijos heredaron la empresa y continuaron difundiendo el éxito de su padre a mayor escala creando entre otros cosméticos, las revolucionarias máscaras de pestañas de Rimmel, palabra que hoy en día todo el público utiliza para denominar cualquier máscara de pestañas en varios idiomas. Desde 1996 la marca pertenece al grupo Coty que sigue con la visión inicial del creador de innovar constantemente y marcar tendencias en vez de seguirlas. Con el espíritu joven y sin ataduras que caracteriza la ciudad de Londres y con la supermodelo Kate Moss como imagen de la marca, hoy en día siguen divirtiéndose con los colores, la imaginación y las nuevas ideas.